Que mejor para expresar la forma de ver la vida de una persona, que mediante imagenes. Dalí nos dejó numerosas y maravillosas imagenes sobre su mundo, lo que se recreaba en su interior. Pasión y curiosidad despierta todo lo que creaba. Todo el mundo quería introducirse y entender ese mundo maravilloso, que mediante imagenes impactantes reflejaban la vida del mundo subreal, del mundo de los sueños, el mundo más profundo de una persona. Nadie mejor que Dalí, supo hacernos ver ese mundo que toda persona rehuye y esconde por creer determinados aspectos vergonzosos.
Un ejemplo estupendo es el cuadro del Gran Masturbador, que acompañado por un poema nos explica numerosos puntos de vista, su mundo:
El gran Masturbador
con la inmensa nariz apoyada en el enlosado de ónice
sus párpados enormes cerrados
la frente devorada por espantosas arrugas
y el cuello hinchado por el célebre forúnculo en que
pululan las hormigas
se inmoviliza
confitado en esa hora del atardecer demasiado
luminoso aún
mientras la membrana que recubre enteramente su boca
se endurece a lo largo del angustioso del enorme
saltamontes
agarrado inmóvil y adherido a ella
desde hace cinco días y cinco noches.
El modo de ver a su padre como un ser despreciable:
Los dos rostros de grandes Masturbadores el enorme marco y
las esculturas de Guillermo Te11 se hallaban relacionados entre
sí y estaban distribuidos de tal modo que provocaban una crisis mental semejante a la que puede producir en el espíritu la
asimetría que entraña la confusión falible entre el topacio que
hace las veces de mirada en los rostros esculpidos que repre-
sentan el momento del placer y un montón de excremento.
Su mundo más simbolista:
Sus miradas estaban llenas
del frío afluir
de imágenes
semejantes
a las fuentes famosas
ligadas
al principio de la muerte
y fijadas
desde la niñez
en la marejada
de sus imágenes
inconscientes.
Su mundo de erotismo vulgar:
ellos buscaban el placer
co-orinándose
. . . . . . . . . . .
La orina hervía
en su mentón
estaba caliente aún
bajo las axilas
se entibiaba
en el inicio
del coño y se enfriaba
en el extremo de los muslos
Ella le orinaba
en plena cara
la orina herví.
La manera exacta de como mirar su mundo:
Si se mira durante algún tiempo, con un ligero retroceso y
una cierta fijeza distraída, la figura hipnóticamente inmóvil
de Narciso, ésta desaparece progresivamente, hasta volverse
absolutamente invisible.
La metamorfosis del mito se produce en ese momento exac-
to, pues la imagen del Narciso se transforma súbitamente en
la imagen de una mano que emerge de su propio reflejo. Esta
mano sostiene con la punta de sus dedos un huevo, una se-
milla, el bulbo del cual nacerá el nuevo Narciso: la flor. Al
lado se puede observar la escultura caliza de la mano, mano
fósil del agua que sostiene la flor abierta.
Su técnica de pintura:
Primer poema y primer cuadro obtenidos enteramente según
la aplicación íntegra del método paranoico-crítico.
Por primera vez un cuadro y un poema surrealistas compor-
tan objetivamente la interpretación coherente del desarrollo
de un tema irracional
La admiración y seguimiento a Narciso:
Cuando la clara y divina anatomía de Narciso
se inclina
hacia el espejo oscuro del lago,
cuando el torso blanco doblado hacia delante
se inmoviliza helado
en la curva plateada e hipnótica de su deseo,
cuando el tiempo pasa
en el reloj de flores de la arena de su propia carne,
Narciso se anonada en el vértigo cósmico.
La metamorfosis de las cosas, como cambian y se hacen diferentes de las del mundo real:
Sólo queda de él
el alucinante óvalo de blancura de su cabeza,
su cabeza otra vez más tierna,
su cabeza crisálida de prejuicios biológicos,
su cabeza sostenida por las puntas de los dedos del agua,
por las puntas de los dedos
de la mano insensata
de la mano terrible
de la mano coprofágica,
de la mano mortal
de su propio reflejo. Cuando esta cabeza se hienda,
cuando esta cabeza se resquebraje,
cuando esta cabeza estalle,
aparecerá la flor,
el nuevo Narciso,
mi Narciso.
Palabras de gran simbolismo hacia un personaje de gran importancia en su mundo, una inspiración:
tu cuerpo herido de muerte
desciende hacia el precipicio de los topacios
amarillos de amor,
tu cuerpo blanco, sumergido,
sigue la pendiente del torrente ferozmente mineral
de las pedrerías negras con perfumes acres,
tu cuerpo. . . .
GALA.