Blancos, negros, amarillos, morados, de colores... Ese día se hinundó la clase de gorros de todas las clases, modelos, colores y tamaños. Según el color nos ibamos clasificando las personas:
- ¡Salgan los gorros blancos!: que eras personas de gran iniciativa, de muchas ganas de hacerlo todo, de ir a todos los sitios. Siempre positivos.
- ¡Salgan los negros!: los negativos, los que ponen pegas a todo, nunca ven el lado bueno de las cosas.
- ¡Los amarillos!: los posibilistas, buscan todo lo probable o no probable.
- ¡Los verdes!: los entusiastas, no solo buscan el lado positivo, buscan los extremos buenos, aunque sean imposibles de conseguir. Proponen lo más disparatado que nos podamos imaginar, porque para ellos nada es imposible.
- ¡Los azules!: los serenos, pacíficos, recapacitadores... son la parte sensata de grupo, los que guían por el camino correcto.
- ¡Los morados- rosas!: los que se preocupan por las minorias.
Luego hay gorros inclasificables: de multicolores o bicolor.
Tras clasificarnos, uno de los alumnos cogió un gorro de cada color y fue pasando por los distintos estados de los gorros.
Es increible lo bipolar que puede llegar a ser una misma persona.
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